22 ene 2008

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Cada nueva mañana con nuevos ojos que consigo reunir energías, resurge una sensación que viene de dentro, que consigue transportarme por encima de todo aquello que nunca creí poder dejar a mis pies.
Ayer vi como se metía en la cama el sol, dejándose sumergir lentamente en el estanque del Retiro...segundos de paz y la última luz de la tarde acariciándome en la cara.
Creo que ya no necesito nada más que algo de calma, la justa para pararme a pensar siempre un poquito antes de actuar, la justa para no dejarme arrastrar por todo lo que no lleve la palabra pasión escrito en la frente.
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Hoy en el trabajo, entre facturas, me planteo que quizá no sea tan malo soñar despierta, al fin y al cabo lo que cuenta es tener sueños...
No se cómo lo hago que siempre acabo viendo algo entre la maraña de cotidianidad que a veces tanto pesa.
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Hace una tarde que no corresponde a esta estación, parece que empieza una nueva primavera, fuera y dentro de mi.
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1 comentario:

Anónimo dijo...

Sí por favor que se acabe ya el invierno...